martes, 17 de abril de 2012

Cerca de mis Labios

Hay un cigarro clandestino que se quema con tu nombre, hay una taza de café con mi pasado al revés, hay un espía desolado detrás de la puerta, un perro atribulado que ladra y que a nadie asusta. Hay un vuelo a lo incierto que espera impaciente, y una despedida que sabe a tu ausencia.
La tarde insomne se pone y el tiempo apremia, caben los silencios en el ojal de un botón, sé que no hablas, sé que lo piensas, sé que estás ahí pero no sé si lo compartes, porque se cruzan nuestras miradas y las horadantes palabras sobran, porque la complicidad de los previos son solo tuyas;  y tan sumarias las mías, excusas así de noche a oscuras, silentes, acogedoras.

Aquella noche fría seductora, juntos así estábamos Tú me tenías a mí porque siempre estuve a tu lado, pero Yo estaba sin Ti porque estabas distante...
  - por momentos cerca,  por momentos expectante -.

De la cintura al cuello, del cuello a la nariz, de los pies a la cadera y de la cintura a las orejas… estereognosia se llama, ahora lo sé, ahora te conozco.

Porque Quererte es parecido al Odiarte, es una tarea Infinitesimalmente épica.

Mas Yo sé que estás ahí detrás del silencio distraído, dondequiera sé que observas y me escuchas, pero como siempre es el silencio lo que otros ofrecen, es otro regalo que me prometieron y nunca recibiré es otro regalo que ofrecí y que no entregare por conclusión. Que desaparezca el azar que solo hará más sencilla la forma de entender su despedida...  su inevitable despedida...  y hola que se aproxima.

Pero entonces pensé, y sentí  sin  miedos y escale y pregone airado; me dije ve y fui así

Salí a la calle a encontrar el milagro y lo encontré,
De un suspiro prolongado,
De unos deseos encontrados,
Un momento no planeado,
Que se convirtió en presente tan ansiado,

Ahora tiene sentido el cigarro que se quema con tu nombre, la taza de café con mi pasado al revés, el espía detrás de la puerta, y el perro que ladra que a nadie asusta.
Porque esta imprevista ternura ya ha calado en la vereda de mis estatutos, en el confort de mis viejas soledades expulsándolas de tajo, y así entre el suspiro prolongado el deseo encontrado, es manifiesto para que el presente tenga tintes de estupendo artesano, tallando con detalles la felicidad que lleva tu efigie cerca de mis labios.