martes, 26 de noviembre de 2019

Puso la mano en mi hombro


Puso la mano en mi hombro, y aunque no gire a ver, de antemano sabía que el encuentro sucedería. Que era el primero también el último. Amo el frío, el viento libre y gélido...
¡Pero odio la frialdad, la carencia de calor en el corazón!

Lo verdaderamente importante radica en la mente, en las ideas de las personas, es independiente lo que les contemos lo que les digamos. No me cansaré de promulgar lo que siento, la sensación esa es mi religión...

Mi dogma pasional.

¡El porqué de vivir y la razón de mi muerte! Y ante tu «indiferencia» tan referente en tu condicional devenir viajero... He encontrado la llave que abre la puerta de muchas salidas.

Puso la mano en mi hombro, y aunque no gire a ver le dije sin miedo, si vives procurando (a toda costa y sin piedad) mantener tu libertad, terminas siendo esclavo de algo mucho peor que el compromiso...
Dormir sin sueño, sin sueños.
Y entonces te descubres...

Que, a pesar, idolatrabas el amor.

Besas sin sentir y abrazas sin querer, quieres sin Amor, y todo es nada... A veces no recuerdo quien soy, a veces imagino que fui alguien, algunas veces soy todos...
Pero casi siempre soy nadie.

Dulce Ángel de la Muerte, préstame un momento tu frío susurro... Déjame decir el nombre de quien debe dejar la existencia.

Y entonces, no seré Yo, entonces.

Puso la mano en mi hombro, y aunque no gire a ver pregunte cómplice que papel desempeño ahora. Que juego cruel me espera entonces. Y entonces te descubres...
Que, a pesar, que idolatrabas el amor.
Besas sin sentir y abrazas sin querer, quieres sin Amor, y todo es nada...

Expect the expected, shit...