domingo, 30 de octubre de 2022

Oscuro, negro como ala de cuervo

 

Tú allá en la metrópoli de las carreteras sin fin; Yo acá en la ciudad de la gente sin rostro. Tú allá viviendo, ganando impune la eterna querella, Yo acá muriendo de despropósito.

               El paisaje a través de la ventana era hermoso, la playa de arena blanca, el lujo del ambiente, el sol irradiando todo, pero las lágrimas, lo hacían pesadamente borroso por momentos. La encontré imperfecta, pero era todo cuanto buscaba. Más humana que este humano. 5 meses resumidos en 9 días y 7 años entre ellos... Veo el algoritmo trabajando, funcionando, tramando indiscutible mi exterminio y, aun así, insisto. Jugarle en contra a las agujas del reloj, a contra tiempo y sin tiempo.

Peleándole a las horas que no se vuelvan días y a los días que no gesten años.

Y por las ganas y para congoja de los psiquiatras, y por pura gana de joder y joderse, avivaba la llama que le consume, por egoísta y mezquina, o quizás por misericordiosa, pero funcionaba y en plena caída con alas de cuervo podía volar. De cuántas tardes lluviosas estará hecho el destino, es extraño, nunca lo averigüe. Olvide primero el seguir recordando. Solo muy de vez en cuando se enciende la llamita de la espléndida curiosidad.

Solo olvido en defensa propia. Y solo recuerdo en estado de emoción violenta, Luna, Luna Llena, marea inconstante, sube y baja de la sangre, vaivén del deseo, pairos y derivas del corazón, memoria recurrente, aún trastorna todo en mí... naipe del amor de aeropuerto.

Profundo olor a ti en mis sentidos que a la sombra han sellado, los espejos que copian la ficción de las cosas, oscuro negro como ala de cuervo mis pensamientos se agitan en la madrugada de estos tiempos.

               La prisión de unos labios rotos de protervia, la excelsa costumbre de no dormir por pensarte.