jueves, 20 de enero de 2011

Barata Conciencia ( 1er Soneto )

Escribo Letras porque confiesan lo que mis palabras no pudieron Atrapar;
Repito mis Líneas porque auguran mis íntimos Secretos esos que quise Confesar;
Blasfemo a lo Sagrado porque Redención no pudieron corresponder en mi Rezar…

Barata conciencia me ha salido la ostentosa vanidad, que me conformo por mucho tiempo a lo trivial, juguetee por las noches con la balanza que todo puso a mi favor, a mi esperanza sectaria, a la inevitable salida que empezaba a descubrir, y que conspira con las letras, las líneas y las blasfemias que un día confesé, solo para regresar, a ti… la que no tiene nombre.

Sueño con Amores porque mi corazón jamás nunca logro olvidar;
Y perezco a diario porque la caducidad no logre nunca superar…

Escribo estas Letras porque confiesan lo que mis palabras no pudieron Atrapar;
Repito mis Líneas porque auguran mis íntimos Secretos esos que quise Confesar;
Blasfemo de nuevo a lo Sagrado porque Redención no pudieron corresponder en mi Rezar…

Por eso un Amor más necesario se forja con luminarias que superan lo observado. Ese legajo de esperanzas sin numerar.

Se Parece a tu Nombre (Invisibilidad)

Levanta la vista queriendo encontrar una pista, la señal que indique la razón, un porque, pero la oscuridad le impide reconocer figura alguna, el silencio le invade las venas y el aparente vacío embarga las palabras que no pudieron ser manifiestas.

-soy yo, pero no puedo verme en el espejo-.

Se va fraguando en lo místico, ese secreto a voces, la anarquía insegura que pone todo en marcha sobre los ideales de un hombre. Sí, soy Yo, pero aún sigo sin poder verme en el espejo.
Es curioso este cumulo de ideas sinuosas que coquetean conmigo para recordarme una vez mas que el continuo transcurso de los hechos también me corresponden a mí, que empiezo a volverme parte del pasado con cada tumbo que infrinjo hacia el futuro.
Esta pálida humanidad pesa y los andrajos de mi conciencia se placen en intentar convencerme que mis errores pasados son demasiado personales y no mutuos o ajenos.
Que las alegrías son reales, tuyas y compartidas.

Hasta me parece curioso, intrigante tal vez, esta supuesta tranquilidad, esta eficiencia salubre que me envuelve, esta inivisibilidad, supongo y supongo apresurando conclusiones diciéndome que uno es Infeliz (a veces cabe decir) incluso en la Felicidad, pero advierto que si pierdo la grandilocuencia, es porque delato mi intranquilidad por resultados caprichosos…

Y no, no sería el Yo, ese hombre que aun busca esa Felicidad que se parece a tu nombre.