La mayor parte
de mis conflictos los halle reflejados en los libros. Cada espejo de un
personaje me ha dado una salida. También una muerte. De alguna manera ya lo
sabía, que la primera causa, sería también la última. Y como diría Chejov,
aquel revolver debía dispararse.
Los pasados perfectos crean presentes imperfectos y futuros inciertos. Una Luna creciente, un cigarro menguante, un pensamiento persistente, un corazón que casi no late.
Esta ciudad y su aliento dispar, que me dan ganas de salir corriendo.
Un Jazz o un Blues... Un whisky o una pastilla. Domingo, Domingo, Domingo...
Tu fotografía me
sigue sonriendo... Todos los días, todas las noches. Solo las madrugadas la
oigo llorar por ti. Simplemente no eres
tú.
Que presuroso el
reloj de mis noches/madrugadas se devoran mí tiempo. Casi siempre a oscuras. Mi
tiempo.
Y se pone tenue
la tarde, se parece al ayer, que se aleja y no regresa que no quiere volver...
En segundo plano
la lujuria
Y
porque no, la gula.
Al final soy tu ángel, el mismo del primer día, el mismo del último
día. Soy ese ángel que vivía en el infierno, ese demonio que invocaste. Somos
del éter, en el éter subsistimos, en el éter respiramos solo los que vemos el
éter... Morimos en el éter. Este mundo y su forma desbalancease... Dando tumbos
que rompen universos.