viernes, 29 de septiembre de 2023

Noche, Luna de Cosecha

Noche de Luna Llena, profundo olor a ti en mis sentidos que a la sombra ha sellado los espejos que copian la ficción de las cosas, oscuro negro como ala de cuervo, mis pensamientos se agitan en las madrugadas de estos tiempos.

La prisión de unos labios rotos por el tiempo, la excelsa costumbre de no dormir por pensarte. No estoy solo sabes, vos estás ahí, al final de la cama, ese abismo donde empieza la realidad. Vos estás ahí, en ese café tibio sin tomar. Aunado al maquillaje primario o la apócrifa desventura, de salirse del mundo un rato y re cobijarse a semejante altura. No cree, pero duda. De verdad ha pasado tanto tiempo, tantas letras, tanta distancia, tanta gente y silencio; de verdad se fue la vida soñando regresos y llorando partidas. Porque me parece fue un suspiro y aun así se me agotan los segundos de esta efímera queja.

Hace algunos años estaba haciendo maletas... Quería cambiar, recomponer, redireccionar, transmutar, redimir el mundo. Parecía que había olvidado que no creo en los mesías, pero los clavos de ataúd, esos si son muy reales, me esperaban además dos aeropuertos... Me esperaba un beso. Y también, otra vez, un adiós.

A veces dibujo letras, es la clara oscuridad de la noche de Luna de Cosecha. A veces esa tinta invisible me tiñe los ojos y todo es tan claro de nuevo. He creado y adornado tantas cortinas que parezco haber obviado, pero es mentira... Este telón de teatro no puede esconder tantas cosas. Vos por ejemplo.

    Si supieras todas las rutas que aún nos unen. Si pudieras ver los senderos que yo observo, si entendieras que los caminos a Roma no conducen, pero que hay una calle donde tú y yo nos besamos tantas veces. El hilo no se ha roto. Pero no anuda mi meñique, está en mi cuello y el verdugo urge de laburo. Vasto cielo, enorme lago azul, Luna, Luna de Cosecha, límpiame, sáname... Recuérdame que vale la pena respirar porque estoy muy roto aún. Y duele cada palpitar.

 De verdad ha pasado tanto tiempo, tantas letras, tanta distancia, tanta gente y silencio; de verdad se fue la vida soñando regresos y llorando partidas.