lunes, 12 de diciembre de 2016

Presunción De Felicidad



Tengo presunciones que restauran mi capacidad onírica, lastima el insomnio no me abandona para poder soñar un rato. Me pregunto por ti y las respuestas que han emergido y lo siguen haciendo, son tan sorprendentes como obvias. Entonces preguntas por las amenazas y nadie sabe dónde cazzo fue a parar la supuesta dignidad maltrechada con letras. 

    El susurro a cuestas, la flagrancia grata, las visitas a la familia y sus consabidas mentiras. El timbre ingrato, el placer de un rato.

Los paseos en el parque, la televisión encendida, los juegos de mesas tramposos, el exquisito derroche de franqueza. Hojas en el suelo El despertar a media noche, la ansiosa espera, la canción en la radio y el césped alto. Sus tacones en el suelo, los platos sucios. Las peleas cotidianas, el desayuno de cena, el pedal a fondo en la carretera, la miopía en el cine mientras apretó su mano pequeña. Tu paradigmática, arquetípica, condenada...

Y Yo acá, en igual condición queriendo ser libre queriendo liberarte. Como todas las cosas magnificas del mundo esto no tiene una explicación que agrade la razón, solo sucede y sucede bien, Te Quiero! Ahora poseo una Felicidad que supera todas mis expectativas, que dejo cortos mis sueños.

Ahora tengo una Felicidad ineludible que lleva tu nombre, y vivo y sueño con las ganas de golpear mis labios contra tus labios, y hacer apaleados con besos con deseo nuestras bocas! Panlogismo despiadado. Desperté del sueño profundo, había frío y estaba oscuro, pero en la penumbra escuche tu tibia respiración y todo fue tranquilidad.

Un Amor sin antifaces soñaba Yo, un ideal que me llevara a mis mejores deseos esperaba, llegaste Tu; y todo fue cumplido, todo tiene porque, ahora Te contemplo abstracta, en estado puro, brumosa y transparente, te observo mía tal cual soñé...

Te sueño y vivo ese sueño existo ya solo a Tu lado.  Tengo presunciones de felicidad.




Vos no sabes

Como se desdice lo dicho. Vos no sabes, pero te sueño y te escribo este verso, hace ya mucho tiempo. No para ti, ni para mí, hablo de un nosotros de un mundo más acá. Tengo un abismo en el bolsillo del cual saltare el día que despierte y en verdad ya no recuerde. Ese día aprenderé a volar... Verborrea, inclinación al prefacio, terror al final.

       Me considero un soñador y no me avergüenzo. Hay que soñar, tener anhelos, apasionarse... Conoces mi mirada, esa que dice que te ama, la que sabes a la perfección que te desnuda y no pide perdón. Yo solo sé, que los solitarios estamos solos, porque un día hubo alguien que cubría todos los espacios de nuestro mundo.
La coincidencia entre un momento histórico contestatario y una desaparición momentánea. Ese tratado con resonancia menos enfática, con más obligación que gana, con más silencio que palabra o escritura.

¿Pero de dónde surgió todo esto? La respuesta no es sencilla.

Impaciente por la secuela. Peripatético por vocación.  Tengo el sencillo placer se escribir mientras el mundo se acaba fuera de mi simple y llana hoja de papel. 

Soy un predicador pagano, mis palabras son promiscuas, mi fe de erratas, mi corazón de lapislazuli que se largó.


Como se desdice lo dicho. Vos no sabes, pero te sueño y te escribo este verso, hace ya mucho tiempo. Pobre de aquella muchacha a la que el mundo se le ofreció y decidió el destierro.