En esta ciudad de gente sin rostro, como la bautice hace nueve años, las noches de silencio hacen mucho ruido en mis oídos. Versos para corazones esquizoides.
Vi a través de
los ojos de un asesino.
Me vi matarme
Las otras muchas versiones de mí, deletrean
un nombre, muchas vidas, una vida, otra muerte... ¿Cuántas muertes? En cual
versión somos un solo ser.
La soledad, la
frontera final... ya no tengo ganas de seguir.
A veces también sonrió, a veces hay un alma
en este cuerpo ateo. De las alas nacidas en la noche, para cielos de hoja de
papel. Yo que quise cambiar al mundo, conozco mucho de autoengaños.
Tras muchos dislates, de idas y vueltas me beso, pero entre besos de labios urgidos soltó una sonrisa, una sonrisa que recordaba a la Muerte y la Muerte era una moda en mi vida, a veces hay que poner cara de que le crees y que haga de cuenta de que le creíste.
Esa era la consigna.
Que las posibilidades estén siempre a tu favor, que para mí he guardado solo olvido. La balada del amor roto, sound track de mi vida. Y de la vida detrás de mi muerte, siento, creo creer que pronto podremos leer una historia terrible pero maravillosa; es océano de mirada.
Versos
para corazones esquizoides.
