domingo, 19 de noviembre de 2017

Han caído las hojas

No seré Yo quien cuente nuestra historia, no, serán los otros muchos que Yo he sido, quienes lo hagan, en especial el que te ama y el que te odia. Tengo los ojos cerrados, pesados parpados cubren mi mirar...

¡Pero veo claramente la imagen! Soy miope, pero lo veo claramente.

Han caído las hojas; aun en contra de mi razón, mi corazón se agita...
Sin límite, sin pudor ni memoria.

Hay un poco de odio en este amor, como siempre existe miedo en la determinación de hacer lo correcto...

Cuantas realidades se han visto abatidas, para que esta realidad... Abstracta y oscura, sea la realidad nuestra. Han caído las hojas de los árboles, han menguado en su efímera vida, van dejando escondida, el rumor de tus besos querida.

Soy la sombra perenne de mis pasadas alegrías, cuando al sol del mediodía, caricias y besos jugabas a hurtadillas...
Y entre tus nubes, anida vuelos, postigo enredos de aladas fantasías, donde la caída no parecía próxima, nacían perfectas alegrías.

Cuando tengas vida que darme, dejare de morir...
Y cuando esto haya muerto en realidad, comenzare a vivir.
Siempre habrá parpadeos que nos instiguen a seguir escribiendo, así como manos precisas que cumplan esa labor clandestina.

Han caído las hojas.  Si…
Han caído las hojas; aun en contra de mi razón, mi corazón se agita...
Sin límite, sin pudor ni memoria.



No seré Yo quien cuente nuestra historia, no, serán los otros muchos que Yo he sido, quienes lo hagan, en especial el que te ama y el que te odia.