Es viernes y si alguien me amara con
locura, aun por encima del tiempo y del espacio, de seguro que en silencio no
me quedaría. Eso me queda claro.
Si fueras tu quien me escribe llenaría
enciclopedias narrándote lo maravilloso y grato que se siente el ser apreciado,
lo intenso y necesario que es saber que hay alguien, lo tierno y hermoso de
vivir en la psique de alguien más o lo cálido y tierno de ser causa y motivo.
¡Esta Hidalguía romántica a la que me sujeto, con la intención sola de hacer parte, en este querido mutuo desastre!
Es viernes y aunque pueda ser cualquier día,
los viernes y domingos realmente te necesito a vos, que igual estas ausente los sábados, lunes, martes, miércoles y también los jueves como cuando la
espero salir por esa puerta y el viento invernal del norte me golpea las
mejillas, sé que aparecería perfecta y única, como hoy, como ayer aunque este
lejos detrás de la pantalla del móvil.
Si algo tengo
claro, es lo que quiero y a quién quiero en mi vida, soy leal a lo que siento y
de mí no quedará el demostrarlo. No es por fidelidad ni compromiso, es por el
amor que le tengo y la elección de estar con ella hasta el fin de mis días.
Por qué me siento así ¿? Difuso, vacío...
inerte, como quien habla con una silla vacía.
Viernes con olor a resaca y ausencia tuya en el teléfono.
Yo que no siento miedo la mayoría de las veces, veo esto, así, ahí... a ella y
tiemblan las bases de mis entrañas.
No es la incompetencia o la inutilidad lo que me saca de quicio.
~ Yo quise, pero no alcanzó… ~