Soy solo un incognito actor, a veces un sabio a veces un loco, un tornillo enclaustrado en la red del tiempo.
El ruido en la mente confusa y el trance dudoso de la realidad.
Quien era Yo para saber que en su sonrisa se hallaba la alquimia del infinito, y en su abrazo el stop del tiempo, cómo hoja de cerezo que cayendo al suelo quiere abrazarse en su caída al árbol. Y yo queriendo cambiar el mundo, aunque sea un segundo para que esa sonrisa tuya no acabase nunca.
Quien era Yo para saber, si convencido en la gota de rocío y fuente de agua pura de sus besos, dónde azúcar clara, arrullaba las horas de este ángel caído, y cuando el viento soplaba entre sus cabellos era un premio que no acaba, ni en inviernos con su vientre de seda, la ventana del éter bien amada. Aroma a limones, cómo playa de tesoro cuando su boca en mi boca regala un beso.
Quien era Yo para saber, que un
maniquí un antifaz era la estatua que adore y adoro.
Conjuro y conjugo en silencio como el sol por la mañana que alumbra y quema sin preguntar.
Soy solo un actor, a veces un sabio a veces un loco, un tornillo enclaustrado en la red del tiempo.
El ruido en la mente
confusa y el trance dudoso de la realidad.
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"Buscar no es un verbo sino un
vértigo", escribió la Pizarnik.
"No
indica acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien sino yacer por que
alguien no viene."