lunes, 12 de diciembre de 2016

Vos no sabes

Como se desdice lo dicho. Vos no sabes, pero te sueño y te escribo este verso, hace ya mucho tiempo. No para ti, ni para mí, hablo de un nosotros de un mundo más acá. Tengo un abismo en el bolsillo del cual saltare el día que despierte y en verdad ya no recuerde. Ese día aprenderé a volar... Verborrea, inclinación al prefacio, terror al final.

       Me considero un soñador y no me avergüenzo. Hay que soñar, tener anhelos, apasionarse... Conoces mi mirada, esa que dice que te ama, la que sabes a la perfección que te desnuda y no pide perdón. Yo solo sé, que los solitarios estamos solos, porque un día hubo alguien que cubría todos los espacios de nuestro mundo.
La coincidencia entre un momento histórico contestatario y una desaparición momentánea. Ese tratado con resonancia menos enfática, con más obligación que gana, con más silencio que palabra o escritura.

¿Pero de dónde surgió todo esto? La respuesta no es sencilla.

Impaciente por la secuela. Peripatético por vocación.  Tengo el sencillo placer se escribir mientras el mundo se acaba fuera de mi simple y llana hoja de papel. 

Soy un predicador pagano, mis palabras son promiscuas, mi fe de erratas, mi corazón de lapislazuli que se largó.


Como se desdice lo dicho. Vos no sabes, pero te sueño y te escribo este verso, hace ya mucho tiempo. Pobre de aquella muchacha a la que el mundo se le ofreció y decidió el destierro. 

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