Una sortija de tortuga y la vida en el
bolsillo. El silencio en sus labios y el vacío en mi existencia. Cada vez es
más difícil de someter a la post verdad esta situación, este pseudo sentir,
este casi romance que tú y yo hacemos vía teléfono.
Frente al ordenador
anémico de inspiración pienso; en la resolución de esa primera vez, aquella
enorme fuerza de voluntad de la cual hoy carezco. Me abrace a la noche y
resulto muy fría. Cuando tú me amabas las tardes eran igual de aburridas que
ahora; solo que Yo no me daba cuenta por verte los ojos a cada momento.
La sortija de tortuga, el silencio de la
noche, las memorias calumniando y mis pocas ganas de combatir la incógnita.
Conversando con mis demonios antes de la media noche; debo contarles que de
nuevo no te creo... Sobre la palestra evidencia toda, frente al corazón bruma
encantadora de amnesia. Una sortija de tortuga y la vida en el bolsillo.
El silencio en sus labios y el vacío en mi
vida. Esta seriedad clarividente, muda pero que vocifera de verdades. Son más
que kilómetros porque lastima y da vida, por eso escucho tu voz, aunque me diga
mentiras.
Hojas sueltas,
estrategias de mi pluma, extravagancias de mis sueños, calumnias de mis
sentimientos. ¡Recuerdos, memoria! El silencio se oye igual, incluso ahora que
es más tuyo, que de nadie.
Y hablarle a ese Otro Yo, desconocido y
exiliado.
Muchas lágrimas desperdiciadas en regar un
jardín que no quiere florecer. Sé que estoy equivocado; sé que espero en vano;
sé que amo a un fantasma y los fantasmas no existen. Porque estás aquí, aunque
no estés. Escupió fuego el Dragon, pero el mundo ya estaba inundado en lágrimas
de adiós.
A veces, solo a veces sos libro y pluma,
cielo y estrella, silencio y coro, mentira y verdad.
El resto, solo sos todo. Todo y todos sos.
Te soñé, apenas una ínfima fracción del
tiempo en el tiempo onírico, te soñé; pero estaba despierto. ¿O eras tú quien
me soñaba a mí?
La sortija de
tortuga, el silencio de la noche, las mareas de la mente, del espíritu por así
llamarlo, la fuerte corriente del corazón halando mis costas de aquí para allá
y viceversa.
Muchas lágrimas desperdiciadas en un jardín
que no quiere florecer; y la sortija de tortuga en tú mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario