miércoles, 30 de junio de 2010

Concreta Revelación

Sucedió, así tan de repente las palabras llegaron a mis oídos, retumbaron tan fuertes que las creí falaces, fue tan repentino como tardo; las noches se fueron corriendo, aun cuando fueron pocas las que dormí, pero ahora me entero, ahora soy testigo de la predicción de mi orgullo, del desanimo de terceros a los que desee fuera de mis ideales, son ahora los interpretes del sonido que a mi egoísta condición complacen al alejarse, al sufrir las consecuencias.

Pragmático me mantengo, debo pensar los ardides, debo plantearme si vale o no la pena tanta arrogancia en perspectiva, subrepticio emancipe lo que hoy tengo por cierto, y enarbolo a los indeseables de mi vista con súbita sonrisa de victoria clandestina, de triunfo personal silencioso, de aquel sabor a conquista que solo Yo soy parte… y también el ínfimo Juez de una patraña tan descomunal como inútil.
Veo en los ojos de otros, mis propias actuaciones, admiro las ejecuciones y mi alma irreprensible, no podrá frenar las intenciones de mi corazón y la encrucijada se vuelve peligrosa al saber que debo hacerlo por la primicia del sentimiento o por la segunda causal, aquella que reclama mi desolado orgullo, callado a la supresión para no lamentarse en publico por la renuncia; de la que fui el condenado.

Hare bien o hare mal, las mismas palabras aun no me convencen,

Esta la tarde menguando, fría sin perdonar los huesos que tiritan, se oscurece la luz y se vuelve penumbra, silencio parecido al mío, oscuridad tan familiar para mi desalentado deseo, y las palabras que debieran llenarme de ilusión, me resultan casi amargas, fui Yo el primero en invocarlas como predestinación de los sucesos, fui Yo quien con valentía y alevosía malintencionada pronuncio la noticia que hoy es realidad pura, pero pesan las palabras se vuelven infranqueables, dolorosas, reveladoras y tentadoras irreverentes, tanto así que ansió poseerlas de nuevo para pronunciar mi victoria sobre las decisiones ajenas, me sonrió, me complace la decadencia de lo que pronuncie para muerte…
No hay bondad en estas insinuaciones lo se, me disculpo, me abstengo de sentirme mal por algo que deseaba y que obtuve sin ensuciarme las manos.

No se si es enamoramiento aun, no se si es revancha… Porque siempre supe que el amor puede ser un disfraz.

Ahora debo buscar dentro de mi, si aun queda algo de aquello que le ofrecí, si no murió en la fría soledad nocturna tanta armonía por ser parte de su existencia, si los sueños de encarnación en su ser todavía florecen a escondidas en mi mente, en mi corazón.
Concreta Revelación o síntoma de grandeza decadente, suplicante fervor de regresar a lo esencial al amor primigenio, a la ignorancia infantil, a la felicidad que Yo busco, la felicidad que se merece, mis risas y sus risas.
A la premura aquella inicial de ver sus ojos y hallarla cómplice con la sonrisa perfecta, es real esto, no me miente el tiempo el mundo, puede ser o estoy perdiendo contra la realidad…
Sucedió, así tan de repente las palabras llegaron a mis oídos, retumbaron tan fuertes que las creí falaces, fue tan repentino como tardo;
Quien me dice si esto es la Concreta Revelación.

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