miércoles, 1 de junio de 2011

Letanía a la Muerte (de un sentimiento)


Venerada Luna, eterno y celestial guía, reina del oscuro cielo. Quítame esta condena que No merezco!   Ah Reina de las animas, otórgame este sueño que deseo o quítamelo del corazón;
Maldita Luna...! Yo que te venero, Tus influjos me aniquilan! Esta es una Confesión   (No eres quien Yo creí).

Y si entonces hago como que no sé, si desconozco o actuó tal cual no fueran los hechos y las palabras, que tal si persisto en mi pensar y sigo creyendo que si se puede, que eres tu sonriente y despistada la otra parte de este ser a la mitad…
Como quisiera poder aun escribir cosas hermosas, pero solo tristezas me quedan el en corazón y amargura en el tintero.

Mente no pienses, corazón no latas, ilusión no surjas, palabra no te manifiestes... ¡déjame ser y déjame estar, quiero vivir, la Muerte ya la conozco!   -  Esta es una confesión -.
Estoy cansado, me resulta difícil seguir insistiendo en mi creer, un creer personal uno del cual Yo era el único creyente (algo debía de creer) y gracias a la práctica experimental a posteriori ya deje de profesar también.     – con dolor de mi sentimiento, en emocional redundancia - .

Sí;  la verdad estoy harto de pensarte, totalmente desahuciado de este profundo discernir en tu persona, de creer que eres más de lo que ofreces, de lo que aparentas, ya estoy totalmente convencido que todos tenían razón, y que tus evidentes defectos son más preponderantes que las virtudes que supuse siempre en tu interior, lo falaz de tus supuestos beneficios solo eran sostenidos por mis francos deseos de encontrarte única e irrepetiblemente perfecta para mí,

- pero no lo eres,  tú facinerosa -

 Al contrario posees cuanto Yo puedo desechar: la fe barata y falsa, la dependencia nefasta a la crítica enfermiza y sin sustento de las masas mediocres, al mediático y asqueroso sentido de la efímera apariencia, a la pobre bisutería, al dolo premeditado en tu actuar cotidiano, la ignorancia soberbia que rebosa en la estupidez, en negligencia,  tus desprecios y miradas despectivas y el desvalora miento de todo lo que yo considero necesario, incluido este fenecido sentir a por ti niña ajena.

De las raíces del mal conservo todos y cada uno de los imaginables espectros, eso nos hace terribles y brillantes, únicos y detestables, perfectos e inconclusos también... soy un hombre con demasiados demonios...           - Por eso no puedo callar más -.

Mente no pienses, corazón no latas, ilusión no surjas, palabra no te manifiestes... ¡déjame ser y déjame estar, quiero vivir, la Muerte ya la conozco!  

Me confieso estuve equivocado. No eres quien Yo creí.

1 comentario:

  1. esta es otra de mis Letras Oscuras, debo admitir, no estoy totalmente orgullo de escribirlo...

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