martes, 9 de agosto de 2011

Transmutación

En tardes de fuerte lluvia como esta, me inundan los pensamientos más tempestuosos, húmeda y solitaria inspiración nocturna...!
Pero me dije: todo en la vida fluye, todo en la vida cambia, todo Transmuta.
Ayer me castigue Yo mismo viendo tus fotos, tratando de recordar como sonaba tu voz cerca de mis oídos, buscando tus palabras en aquellos videos cotidianos donde aparecemos juntos, si fue tan fácil, definí tu risa tan alegre en aquel instante de oficina cuando bromeábamos en horarios de trabajo, descubrí tus ojos tiernos en la foto aquella donde me sonreías; recordé tus locuras y excesos inextinguibles  en el baile desenfrenado de la fiesta donde fuimos, recordé la cantidad de bisutería que te cubría las carencias,  “las cicatrices” esas que ahora forman parte  también de este ser; y padecí  formidable tu ausencia cuando escuche en el video ese que grabaste con algarabía y de regalo para mí, diciendo a viva voz   -“te quiero”-  arremetiendo tan confiada, tan repetida y generalizada; seguido de su respectivo beso intangible para mi persona.

Ahora pregunto alucinado por la lluvia cambiante; tentado por la suntuosidad de mis propias objetivas alusiones,  noche fabula o augurio, que mirada contiene dócil revelación y la cuestión perdura en una  misma vacilación, es pregunta o es respuesta, quizá viceversa…

Cuanto más debemos extrañar... antes de progresar, será que estamos condenados a no tener lo que  en verdad deseamos y por eso somos cómplices de soledades preestablecidas... 

-          Yo también te extrañe y mucha fue tu ausencia -

Sabes yo también aun espero lo que se no va a venir, me he parado muchas tardes en la puerta de mi casa  cigarro en mano esperando a que ella aparque su coche frente a mi casa como  así antes fue, pero no viene, ya nunca vendrá y si, es tonto esperarla,  
por eso No dejo de vivir,              - ni de reír o de experimentar-
por eso lleno mis tantos vacíos existenciales con diversidad de emociones
por eso ya no soy tanto ese que ella venía a visitar, para que un día ya no  la espere parado en la puerta de la casa con un cigarro que caduca.

Si es cierto, ayer me castigue rescatando del olvido el sabor de tus besos tan incitantes y confortadores, ayer padecí buscando el cambio. Pero hoy ya no soy el que espera en la puerta con un cigarro menguante.
Soy otro, ya ha empezado mi alma y mi mente a Transmutar…

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