Grito de walkyria, viento torpe que gira, cruza
la esquina y desaparece, sin más escándalo que su propio silencio, así eres
tú... Y en el barrio, oscuro, tinto... Casi jovial nos crecen las ganas y las
matan las carencias, los adioses, los hola que nunca llegaron.
Lirismo singular, conversacional.
Tinta en papel, numerología en el computador, inspiración pura en la mente o en
las tripas, nadie sabe. Noviembre que se muere, que se resbala inédito y
confianzudo, tan Noviembre, siempre disfrazado destrozado, exquisito lleno de
vientos fríos, con olor a flores, con vino, con nubes grisáceas y sol que
quema. Tan cumpleaños, tan vejez futura, tan infancia pasada.
Es Luna inexorable que se quita de a poco uno a
unos los velos, ya se descubre se muestra plena, no le da frío el clima estereotípico
de Noviembre. Me mira; y Yo a Ella. Así ha sido Noviembre y así seguirá siendo
aunque no esté acá para admirarlo. Tan épico y epopeyico, tan cruento en
realidad, signo rumor de caricias, tan cerca del fin. Que cada año se acerca y
no termina de finalizar. Y Yo subía y bajaba las gradas, las conocía de memoria,
como el eco sabe con énfasis el camino de regreso a su emisor aunque no tiene
ojos. Si, subía y bajaba como maquinita diseñada, como viejo cucú que recorre
su escalinata metálica y corre hacia la puerta y realiza su enervante labor
despertadora.
No había mucho que hacer aquella
mañana, tras el amor solo el desamor quedaba.
Tríptico de la soledad, eso soy cuando no amaneces
en mis ojos, Noviembre, disfrazado de persona, de aquella mujer que me besaba
noche y día; pantomima del piloto que vuela en mis sueños, mujer cuneiforme sin
piedra de Rosseta que me guíe...
Eso eres.
Mi pasado y en re sostenido y mi mundo cabe
todo entero, en un bolsillo del pantalón.
Mire el empíreo y dije entre dientes para ti
sola esta mañana:
«Un me desperté y un tren inmenso de recuerdos,
vino a mi mente...
Recuerdos dulces y agradables de
momentos maravillosos e irrepetibles».
Grito de walkyria, viento torpe que gira, cruza
la esquina y desaparece, sin más escándalo que su propio silencio, así eres
tú... como el eco que sabe con énfasis el camino de regreso a su emisor, aunque
no tiene ojos.
Muy Bueno! Feliz cumple a proposito
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