El Arquetipo de mi felicidad... La sombra de mi
silencio. Todo eso eres, y no eres nadie; en la inmensidad de mi ciudad ahora vacía,
carente de voces, de besos, de abrazos me he hallado extrañando sin piedad un
ficticio llamado cariño.
Se orquesta la música, sonido magistral en la sala, la
danza, el vino, la complicidad. Genial pieza, en este rompecabezas
inconcluso...
«Húmeda Humanidad».
Me reí para mi fuero externo, pero lo que los otros
observaron fueron lágrimas. Lo tuve claro entonces de mis vicios frecuentes; el
ideal enmarañado y complicado que llamo corazón, ese que subsiste en la más
fría habitación de mi mundo, es mi favorito de entre mi vasta cantidad de herejías
y blasfemias.
Y cuando menos lo esperaba, cuando menos lo sentí, Yo
ya me había olvidado, «de mi».
Extranjero de mi mente, de tu corazón. Extranjero de
todo el mundo para poner a la Dama Blanca, en jaque al filo de una Torre
enhiesta! Si!
Con una bonita nulidad.
Una burguesa (falsa) tranquilidad y sarta de
conocimientos. Una dosificación muy cautelosa de mi propia versión de los
hechos. Genial pieza, en este rompecabezas inconcluso...
«Húmeda Humanidad».
Y es que así estoy, aun ahora (ya sin ti), enamorado
de una brillante «mentira», víctima de una oscura «realidad».
En esa oscuridad en la q pereceremos algun dia y tal vez ese dia al fin nos liberaremos de tanto sufrimiento.
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