lunes, 7 de abril de 2014

Gravedad

Puedes hacer añicos mi corazón, pero el amor es indestructible. Puedes decir que el amor se muere, pero eso ni tú lo crees; es más simple, más elemental.
Rompí tu corazón, pero el mío no salió ileso. Somos dos mitades que flotan aun, y seduzco a la gravedad para que nos acerque, y susurro a tu oído para que tu corazón acepte.

Ese santo y seña ininteligible del cual somos parte. Surrealismo real que nos envuelve en términos que ambos no aceptamos. Pero estamos. Había en aquellos ojos algo de eso en lo que nunca he creído, esperanza y Yo quería creerle. Pero sabía que no creía. Ninguno de los dos...
Vos que aún no sabes querer.  Aunque te enseñe con esmero. Vos que le hablas al amor en malos términos. Vos amor mío y de nadie. Porque sos libre incluso del amor que te hablo. Mujer se fuego, alma del aire, frio del ocaso, musa de la alegría, dueña del silencio... Todo y nada.

     Eso eres, en mi mente, en el corazón.

Oyó que tocaban a la puerta, no hizo caso tocaron nuevamente con más fuerza, se preguntó qué carajo, sonó una vez más. Pero no había puerta. Por detrás de aquella pared que llamamos distancia, hay una leve pero decidida convicción. Sigue esperando hallarte al darse vuelta.

      No cabe tu ausencia en el jarrón de rosas de la mesa de estar. Es muy grande cada día lo es más.

Puedes hacer añicos mi corazón, pero el amor es indestructible. Puedes decir que el amor se muere, pero eso ni tú lo crees; es más simple, más elemental.

Rompí tu corazón, pero le mío no salió ileso. Somos dos mitades que flotan aun, y seduzco a la gravedad para que nos acerque, y susurro a tu oído para que tu corazón acepte.

1 comentario: