Rubia, brillante soberbia como el Sol. Blanca,
fría distante como la Luna. Mujer de porcelana que no escucha. Su espalda
pecosa, sus lunares claros. Su cuello blanco. Su cabellera recogida. No hay más
poema. No se necesita más poesía...
De mi oreja a mi boca, de tu boca a
mi cuello, del cuello a tu corazón. Ahí habitan todos nuestros detractores.
Incluidas tus deficiencias. Sabes todo porque lo que fui, lo tenés de broche en
el cabello y te persigue sin tu verlo; no apacigües el sueño que allí nace el
encuentro.
Obstinado y oxidado, como recuerdo, como
ensoñación y fabula; augurio de fugaces intentos. No has dado ya más besos a
otras bocas? Teseo sigue buscando al Minotauro, pero este ya hace mucho que perdió
entre los muros una forma visible, ya no es más.
Quien no respeta sus promesas, quien le finge
al amor... No ama más que a su propia sombra, de la cual desconoce su rostro.
A quien le diré te amo, a quien le escribiré
poemas. Quien se paseara por mis sueños y monopolizara mis ganas.
Quien si no estás?
Acá en la Luna... Nuestra mesa vacía ya sin
nosotros, solo la canción de aquel día y este trovador sin la mitad de su
corazón... De mí, no habría mucho que rescatar. Algunos libros, uno que otro
poema. Medio beso fracturado. Un dilema sin prólogo. Una Luna egoísta. No es
arrogancia, pero hasta donde recuerdo, eras muy feliz en este caos que lleva mi
nombre.
El nacimiento, la muerte, el amor, Yo y Tu...
(Extrañarte) Tan solo somos Arquetipos. Piezas en el rompecabezas de la
existencia.
Eres el todo en medio de la nada, y tu nombre
se repite inclemente en el vaivén de mi mente llenando mi profunda oscuridad de
Luz que no conocía! De Luz que hoy me ilumina. Indeleble como tatuaje, tus
palabras de amor, están permanentes en mis tímpanos, imborrables y duraderas
tiernas como un latido que nace... Y en plena fría madrugada, un suave beso
panegírico cambio el rumbo de mi universo de bisagra, se abrió la puerta y tu
ahí estabas eras esa mirada, una sonrisa, un guiño, un abrazo, un bostezo, un
caminar descalzo un susurro en la oscuridad... Eso es amor quizás, es magia!
Rubia, brillante soberbia como el Sol. Blanca,
fría distante como la Luna. Mujer de porcelana que no escucha.
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