viernes, 10 de octubre de 2014

Tratado del Suicidio Insomne

Yo y mi manifiesto del «suicidio insomne», letra con letra, se le acaba la tinta a la historia...
     Me he aburrido de narrarla.
     De vivirla.
     Eso somos al final, un problema...

Sinceridad a toda prueba se dijo antes de apretar el gatillo. Tengo los ojos cerrados, pesados parpados cubren mi mirar... Pero veo claramente la imagen! Permítame entender, cambie Yo al mundo o el mundo término por cambiarme... (??)

No lo sé! El olvido es la máxima de las expresiones.

El alter ego en mi espejo, me dijo que soy una mentira. El espejo lo confirmo al no reflejar nada. De ese «Yo», del que fui, cada día que pasa, ya casi no queda nada. Lástima era un buen tipo; me caía bien. Dijo al no reconocerse.

Y perdemos él porque del porque en migajas de preguntas sin respuestas... Una instantánea que capte el momento, y así en mis manos pueda destrozar ese momento... Alguien me ha enseñado.
No es lo que hayan hecho, es su posición en la sociedad lo que me tiene enfermo.

Viviendo un rol de congratulación y admiración ajena, mientras nosotros, los otros, vivimos el silencio, la oscuridad y el anonimato de cubrir sus falsedades.
Oyó el artefacto activarse, escucho la carga iniciar su destructiva y liberadora misión, la pólvora quemándose, el silencio previo al estallido ensordecedor, de la Muerte.

Yo y mi manifiesto del «suicidio insomne», letra con letra, se le acaba la tinta a la historia...
Me he aburrido de narrarla.
De vivirla.


Eso somos al final, un problema... 

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