lunes, 9 de febrero de 2015

Pero Conservo (aún conservo) Cortos, Cortitos (4)

En la comisura de mis parpados, hay un secreto que esconde, la ternura de un vistazo al regazo de un hombro, un codo, una mano de mujer...
No podía definir al mundo.
Entonces aprendió a escribir,  a contarle en papel acerca de eso que llaman amor.

Y cuando la besé por última vez, sabía que había más adiós en ese beso de sus labios que en un barco en plena zozobra. El viento está enamorado de la ventana. Todos los días viene de vez en vez a acariciarlo con su frío aliento pasional.
Podes fallar; mira que acá estoy Yo que me sé o inventé todas las salidas de este laberinto.

En el tira y hala de este póstumo silencio, habita sin ojos un espejismo que sueña con despertar a tu lado -de nuevo-. Concluyo entonces existe un fuerte imperativo ético que me obliga a amar, aunque el solo hecho conlleve sufrimiento en más de una expresión. Si pensar y sentir resulta intrínsecamente valioso.

Querer debe significar el triunfo del contacto ante la ausencia y la frialdad. En una aspiración bienintencionada de dejar a un lado las diferencias, opte por serle franco aunque a estas alturas ya raya en la locura... Ya hace mucho tiempo desde que la última vez, hace mucho tiempo desde que todo es nada.

Pero conservo aquella mirada, la que tenías ese día.


El aire frio rozándome el rostro, el humo de cigarrillo besándome la boca, la Luna en mis ojos, es un indicio de vida, de palpitar en mi corazón que se agita por querer encontrarte, por tomarte entre mis brazos y decirte te amo con cada poro de mi existencia humana. Conservo, aún conservo ese sentimiento.

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