jueves, 3 de septiembre de 2015

ELECCIONES GUATEMALA 2015(III) El que me representa no puede tomar decisiones que me perjudiquen.

El francés Étienne Bottineau inventó una ciencia (hoy olvidada) que permitía descubrir barcos a distancias que ni un telescopio alcanzaba. No existirá aun una forma similar aplicable a la política actual que acuda al llamado: El que me representa no puede tomar decisiones que me perjudiquen; a la formula oficial le falta conciencia, y a la opositora coraje.
No me canso de repetir que la diferencia entre una auténtica democracia y un sistema representativo es cada día mayor. A por cierto, hurgaba en un libro acerca del conflicto y me quedo solo claro está mi conclusión. No jodamos con la militancia onanista.

Y ahí tenemos: Poder ejecutivo, legislativo y judicial en manos de delincuentes. Y la prensa adicta por dinero. O sea como hay que decirlo. Los ciudadanos que no saben votar son funcionales al gobierno.
En especial para los bloques de ingobernabilidad. Estaría bueno que de una vez por todas, el pueblo se avive un poco y tenga ganas de probar algún otro veneno; Yo mismo lo estoy considerándolo, aun así El mimetismo social es el único que garantiza el modelo. Triste y sin clase pero cierto.
Ya nadie cree que la democracia es un gobierno del, para y por el pueblo. Se vota para librarse de un mal mayor por otro que creemos menor. El actual gobierno democrático (20 años) nos han insultado, han despreciado a nuestra base social han intentado despolitizar para negarnos.

De cierta forma, somos un país de cómodos, de vagos, de indiferentes y negligentes.
- me parece... Estamos acostumbrándonos a reconocer las extravagancias.

Cuando está en juego el futuro de la nación como país democrático o como sistema feudal vitalicio, las fuerzas votantes deben ser pensantes.  Es bueno ver que hay gente que todavía aspira vivir en la civilización. Lástima que está rodeada por millones de cavernícolas. Uno que pone sendas ganas y el público poco conocedor que solo sabe de barbarie y telenovela tienen la última y más pesada contundencia (la mayoría).


El que me representa no puede tomar decisiones que me perjudiquen. Entonces entiendes la realidad como una estrategia tanto mental como física, para el ejercicio de nuestro propio desarrollo.

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