Somos lo que
negamos, ahí radica la verdad, donde el ego no tiene voz ni voto de juglar... y
transferir cualidades de una cosa a otra para producir artefactos, monstruos
nuevos. Es la ley.
Mi caja de Pandora
contiene mi pasado y es el engaño del engaño, la mentira hecha mentira. Hoy
hace falta mucho más que tus desopilantes ditirambos para asustarme, aunque te
parezca mentira.
La oveja negra
merece, de este modo, más honores que la buena oveja, Taxonomía arbitraria y
comprometedora, lucida soberbia y arrolladora.
Como
pasaba mis tardes solemnes, contando sus pestañas cuando cerrabas los ojos. No
quiero repetir la historia, quiero escribir a besos una nueva y mejor sobre tus
hombros, cuando duermes en mis brazos. En pleno proceso del ejercicio lúdico
supe que había roto el corazón de mi infancia...
Tu indiferencia es
el acto de mayor resistencia hacia alguna medida adoptada por mis sentimientos
hacia ti. Entonces bailas; con los ojos cerrados y el ritmo, la composición y
el movimiento son uno solo, así es cuando estas soñando...
Moribundo,
pero aun quizás, en algún recóndito rincón de la psiquis de este sueño se
esconda un resquicio de tomarnos de las manos otra vez. Y caes en cuenta
que el recuerdo de sus ojos bonitos ya carece de algún significado. El
sadomasoquismo debe ser un requisito excluyente para formar parte.
Dividas para
siempre, aunque es más tiempo de lo que dura la distancia y la existencia de
los que un día se extrañaron. La risa fingida de media asta... Las ganas
colgando al hombro.
Que tristes las
fotos que tomamos solo para demostrar que existimos. Profetas de la verdad
dislocada. Todos pensamos en esa mujer que es nuestro delirio, esté con
nosotros o no, felicidad o dolor, siempre es ella, uñas pintadas de noche, sus
labios de infierno...
Su vientre
camuflajeado en océano y Yo naufrago deseoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario