martes, 2 de febrero de 2016

La Azotea

Cuentan, que al final el gato mato a la curiosidad. Hay un cadáver en mi azotea viendo la Luna.

Y cuando me di cuenta que no podría ser Yo astronauta, recordé que ya puse una mano en la Luna...
Cuando la nube dejo de llorar, ya era nuevamente invierno.

Quien como Yo, te besara la espalda,
Te tocara las puntas de los dedos
Y te dirá suavecito hasta mañana,
Con un beso de  ojos cerrados (??). 

Sobrada factibilidad... Es más negación que supuesto. Es en verdad un trance entre lo visto de arriba hacia abajo y no al contrario.

No hagamos literatura. Las palabras cadenciosas, esas efímeras proxenetas del labur que cumplen su condena, no vienen al caso. Mera otredad, vocación por el desatino y siempre, siempre rebelde con más causas que ganas...
Ya no seré prisión, seré viento que versa, que guarda tu ausencia que viaja y piensa. Se pasa el tiempo y todos dan lo que dan sin dar nada y recibir el abrazo del ayer con ganas de mañana. Un cigarro para ver la Luna, una Luna para entender el cigarro. Siempre fue ese el maridaje. Una suerte, de llamado del destino. Un silencio y un latir.

El vino, el buen vino. Como un abrazo de alguien que huele bien; así se siente...

Se presenta impracticable pero la deriva te hace buen marino. Y me paso la vida intentando. Y la muerte se acerca en cada intento fallido. Ese rumor que se esconde en los bordes de la carta, esa tinta esquiva, es la verdad. En el placar de aquel apartamento deje los buenos días. Las buenas noches en aquel colchón. Dicen, que con la edad mis ojos se tornaron color tiempo.

Mira que sos el bosque donde deje perdida mi infancia de cuentos con final feliz. Esta mujer tornado, esta mujer huracán, esta mujer ventisca y Yo la quiero a mi lado. Estoy loco de mi cabeza por invocar a la catástrofe que incluyen tus besos tu vida toda y aun así insisto...
Cuando la nube dejo de llorar, ya era nuevamente invierno.

Quien como Yo, te besara la espalda,
Te tocara las puntas de los dedos
Y te dirá suavecito hasta mañana,
Con un beso de  ojos cerrados (??). 


Cuentan, que al final el gato mato a la curiosidad. Hay un cadáver en mi azotea viendo la Luna.

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