Y entonces aquella
mujer perfecta, que Yo había estado observando detenidamente y en silencio, se
acercó a mí... y con su delicada y pequeña mano acaricio mi rostro con tanta
ternura que mis huesos tiritaron.
Es entonces cierto
que no me quieres -le pregunte-, de su hermoso rostro surgió una sonrisa y me dijo:
- simplemente te estas poniendo viejo
-....
entonces -desperté -...!
Me levante del sueño
cotidiano a media tarde casi el anochecer, me incorpore parpadee alejando la
somnolencia de mis ojos cansados, atendí la pulsera de mi reloj que estaba
floja y la ajuste a mi muñeca izquierda, pase frente al espejo que sin
inmutarse me recordó que aún era Yo, seguí de largo mi camino pero algo contuvo
mi atención, a través de la translucida ventana, todo ahí afuera pasaba.
Mire entonces en
dirección de su casa, en dirección de su persona allá lejos las nubes grises
parecían furiosas, las descargas eléctricas formaban figuras caprichosas en la
lejanía y la oscuridad prófuga urgida corría
escapando de las lenguas de los
relámpagos que alumbraban el infinito cielo, aniquilándola, algo me fue revelado
entonces,
-
las cosas habían cambiado -.
Cuando desperté del
iracundo presagio mantuve la soltura de que el sueño, había sido algo más que
solo un sueño, sostuve el desatino de ser solo la mala racha de inciertos en mi
contra que habían acontecido a lo largo de ya más de veintitrés días, curioso
cómico, yo nací un día veintitrés.
En lo cenagoso del
oscuro sueño había visto acecharme a mí, la sombra de esa certidumbre nefasta
que huele a panteón, que sabe a tierra y hiela los huesos, era la precognición
barata de la muerte que cualquier interprete de tazas de café hubiera
identificado como tal.
– no me quedo duda -.
Tampoco me asuste,
muy a pesar de mis fantasías filosóficas acerca de eternizar siempre la pesada
realidad a combatido mis ostentosas ganas de superar a lo inevitable.
A veces ante la
situación simplemente me siento triste..., es un mal sentimiento, pero es parte de saber que aún tengo cosas
por hacer, muchas cosas, cosas importantes,
una de ellas es Sonreír muy Sinceramente! Hay cierta congoja en esta
Alegría que hoy siento, será un presagio del mañana feliz que espero quizás y
que entiendo melancólico y real en ausencia de alguien o quien sabe
- quizás
la ausencia propia -.
La precognición me
pareció clara y suspicaz demasiado certera y aunque mi juventud todavía me
permite sentirme ajeno a los brazos de la parca, sé que del insalvable naufragio
no se salva nadie.
Entonces, así sin más un día
cualquiera, después de tantos días de querer adivinar el momento preciso en que
se precipitara mi caída, la cual creía yo conocer – de antemano -, apareció sin
más ni más aquella figura elegante que sonrisa fresca saludo mi persona.
– Fue
claro entonces -.
Esa noche por sobre
todas las noches, ese instante por sobre todo instante, ese sentir y esa mujer
por sobre todo el Universo
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