Cuando Yo era Ese, siempre tuve explicaciones para justificar mis acciones, para promover en favor de ti mis actos, para exonerarte de cualquier falta, para olvidarme que rompías tus promesas, cuando Yo era Ese tenia las expectativas a tope y concluía todas las noches que debía seguir en la tarea que me había inculcado al seguirte, que podía verte a los ojos aun después de mentirnos ambos para en un intento desesperado las cosas siguieran funcionando dirán algunos, sobreviviendo digo Yo ahora que lo miro con perspectiva diferente, Cuando Yo era Ese segui tus pasos, volví míos tus excesos tus debilidades, cerca tus miedos con mis prevale cencías, puse el mundo de cabeza para que te sintieras cómoda, para que fueras tu y nadie mas que tu la que avanzara en este camino de espinas que la vida suele proponer como única opción, si, siempre hice todo para que oscuro mundo fueras mas claro por ti, para mi, para los dos……….
Cuando Yo era Ese, mis caricias eran tiernas, eran únicas e irrepetibles, eran tuyos los besos que a nadie di, los suspiros que provocaste son todos tuyos, las reacciones de nuestros cuerpos en complicidad excitaban mis sentidos, mi alma mi ser que vivía el mal llamado Amor desde otras perspectivas mas carnales, mas simples y sin embargo complejos por la situación que nos obligamos a pasar, por nuestros miedos por nuestras limitaciones humanas, por nuestros errores de querernos cuando en verdad no debimos, solipcista me aferre a la mentira; porque no pudiste ser solo para mi que todo tenia y todo perdió por apostarte a ti, que me ofreciste el cariño y el placer, pero nunca el corazón.
Cuando Yo era Ese, la vida parecía distinta pero no lo era, era igual que antes, igual que siempre, solo la ilusión de una existencia superior en tus brazos me hacía creer tales aseveraciones, y solo mí pueril mente fue capaz de aceptarlo como tal a pesar de ser siempre estoico, fui burlado por mis propios deseos y seducido por mis inconstantes ilusiones de felicidad falaz.
Cuando Yo era Ese, los besos nunca nos faltaron, las caricias se derramaban de la cama, los abrazos nos fundían en deseo, los suspiros eran los versos diarios y las miradas eran las muestras inequívocas de una complicidad deseada en lo secreto, Cuando Yo era Ese, sin duda era feliz, Cuando Yo era Ese, era el hombre que creía que el amor todo lo puede.
Ahora soy otro, uno mejor que ese, aquel que te quería.
HISTORIAS DEL GATO DE AZOTEA. Ante la lúgubre manía de vivir, quise quemarla de prisa jugando con fuego. Así desde el exilio de mi propio mundo Soy transparente pero vivo oculto, soy un panfleto absurdo del globalismo... escritor de imposibles que bautice de amor. Angel Ricardo Ramirez Cabrera Todos los Derechos Reservados.® "Algunas cosas del pasado desaparecieron pero otras abren una brecha al futuro y son las que quiero rescatar."©® Sin el permiso del Maestro: Mario Benedetti QEPD
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