sábado, 31 de julio de 2010

Incordio Criminal III (En la calle Oscura)

La calle concurrida, los vehículos transitan en cotidiano embotellamiento, aceras repletas de ajenos de extraños sin rostros, las luces que comienzan a encenderse iluminado lo de siempre, con luz que opaca a la real, que complace al avance y a la superación en la ciudad de gentes sin rostro, donde nadie escucha a nadie alguien debía morir…

Le ha visto cruzar la esquina, la ruta habitual, las salidas normales y las tiendas añejas de compras premeditadas, la sombra le sigue los pasos, los cuenta de cuadra a cuadra, sabe que cada esquina los aproxima a su destino, ese momento que ya se ha fraguado entre las sombras frías del corazón.

-falta poco- se dijo así mismo.

Aquella figura recorre sus caminos cotidianos, no imagina que le sigan la pista. Un semáforo en rojo los separa algunos metros, pero los ojos no apartan la mirada. Parpadea, quiere constatar que es cierto, que en realidad esta ahí que no es un sueño o una premonición, es la verdad, el momento, el instante en preclusión de difumina se sabe capaz de hacerlo.
Ve el reloj y las 18:45 horas marcan el incierto momento, su encuentro el final… Humo, vitrinas, escándalo y muerte pretenden conjugarse.

Se detiene, observa como aquella figura (su presa) saluda a alguien y se hunden en pláticas, ríen, se abrazan, señalan lugares perdidos para el, les contempla se siente ajeno a esa realidad, pero se frota las manos ansioso; lo comprende es inevitable no importan los contratiempos, los saludos o los semáforos.
Camina lento, pasa cerca, solo lo suficiente, como cazador percibe a su presa, deambula por sus cercanías saborea el instante de su jugada crucial, quiere encontrar sus ojos, quiere retarle con la serenidad del que se sabe en ventaja. Esto es la demencia –pensó-.
El encuentro casual termina con un abrazo y un adiós, continua la marcha, la multitud de gente entorpece el transitar, ensordece los sentidos con bullicio, acelera los latidos con adrenalina y adormece la tranquilidad convirtiéndola en persecución.

La vida espera a cada paso, pero la muerte aguarda en las sombras cambiando el mundo de gustos triviales, en instantes pasajeros; convirtiendome en aquello que nunca quise ser; la bocina de vehículo le hace perder la atención un momento…
Voltea, advierte que la ha perdido de vista, gira, baña con la mirada la avenida repleta de almas, de autos, de basura y confusión.
Se siente mareado, extraviado, casi pierde la compostura pero contempla nuevamente el panorama y la encuentra cruzando la esquina, si, hacia el ultimo de sus momentos…

–dijo ya sin titubear-.

Entra en la Calle mas Oscura que jamás visito, entonces lo piensa, “como será” que método es mas efectivo, mas letal, lo ignora jamás lo ha hecho, planeo todo menos la forma; se gastaba la mente ideando el trayecto mas no la llegada, debe ser rápido, limpio, incluso con clase
- Se sonrió - .
Vaya momento para pensar en esto dijo…
Pensó, habrá elegancia al morir; tampoco lo sabia, pero debía ser rápido, nada vistoso, muy contundente, soberbio casi, inmediato pero lo suficientemente aletargado para que supiera lo que estaba pasando, para que descubriera la victima, quien y porque…
Acelero la marcha; las ideas le hicieron moverse, no quería pensar en eso ya pasaría fuera como fuera, las manos tal vez, para hacerlo mas teatral. – no importa, se dijo - .
En la oscuridad de la calle, misteriosamente solitaria aquella silueta volteo la mirada como sabiéndose perseguida. Quiso descubrir una imagen conocida para detener su empresa, pero no la hayo.
El momento había llegado.
La ira, la pasión, la furia y la soledad convergieron en ese mismo momento, sin dudarlo se aproximo a la silueta que se detuvo frente a si; vio sus ojos y sus ojos fueron vistos…

En la ciudad de la gente sin rostro nadie escucho nada. Todo fue súbito y oscuro.

1 comentario:

  1. "Letras Oscuras, una enigmatica vision de aquello que nos rodea, incluso habita dentro de cada uno de nosotros, esos pensamientos y voliciones internas que presumimos ajenas y cuestionamos malignas en otros, muy a pesar de ser propias, la maldad es personal, siempre lo fue...."
    En la tercera parte del Incordio Criminal, la fuerte aparicion de objeto de la rabia, adormece los sentidos, del protagonista, convitiendolo en aquello que siempre temio ser.. hasta el dia de Hoy.

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